Fundado en 1954, el CERN es una pequeña ciudadela, mitad en territorio suizo, mitad en territorio francés. Hay restaurantes, hotel, bomberos, clínica, tiendas, oficina de correos y bancos.
Centenas de expertos de todo el mundo caminan presurosos de un lado para otro hablando en más de 50 lenguas.
Para muchas de las personas que trabajan con el encontrar el bosón de Higos es la misión de su vida. Entre las personas con las cuales ha participado John Idárraga esta, Kyle Cranmer, profesor de la Universidad de New Cork está encargado de desarrollar parte del software que debe ‘fotografiar’ el bosón de Higgs, la partícula de Dios.
Los días de este joven transcurren en citas con científicos franceses que buscan respuestas en caso de no existir la partícula ya mencionada, ingenieros británicos o latinoamericanos, visitas de Jorg Wenninger el ‘timonel’ a cargo del Gran Colisionador o del mismo Peter Higos, para más tarde trabajar en su tesis para obtener el grado de Ph.D. John Idárraga comenta: “Se dice que aquí se trabaja 24 sobre 7” (24 horas, siete días a la semana).
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